Mensaje de la señora Rebeca Arias, en el día internacional de la mujer 2021
Rebeca Arias, Coordinadora Residente, hace un llamado a adoptar medidas y cuotas para promover la participación igualitaria de las mujeres en Guatemala
(EL MENSAJE PUEDE VARIAR DEL PRONUNCIADO EN VIVO)
Es un gusto compartir con ustedes este espacio con el objetivo de conmemorar el Día Internacional de la Mujer, y celebrar la valentía y determinación de veinticuatro mujeres trabajadoras guatemaltecas que están contribuyendo a la transformación de los mercados y la economía del país en su conjunto. Reconocer el aporte de las mujeres a la economía, promover políticas públicas afirmativas e impulsar cambios en la manera en que pensamos y actuamos todos los días puede generar un efecto dominó en favor de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres.
El mundo ha logrado avances sin precedentes, pero ningún país ha alcanzado la igualdad de género. Por esta razón, es importante que reflexionemos conjuntamente sobre el progreso de las mujeres en Guatemala, pero también que analicemos y tomemos acción sobre las brechas que limitan la plena participación de las mujeres en actividades económicas y productivas, y en espacios de toma de decisión en condiciones de igualdad.
En el mercado de trabajo, la participación de las mujeres con respecto a la de los hombres sigue siendo desigual, existiendo prácticas discriminatorias que van desde el acoso sexual hasta la brecha salarial. De acuerdo con el INE, únicamente 35% de la población económicamente activa en Guatemala son mujeres, y en promedio ganan 80% de lo que ganan los hombres. Los factores coadyuvantes incluyen el hecho de que es más probable que las mujeres se desempeñen en el sector informal, principalmente las mujeres rurales y las mujeres indígenas, y en actividades económicas de baja productividad. A esto se suma que las mujeres tienen una responsabilidad desproporcionada con respecto al trabajo no remunerado de los hogares. En promedio, las mujeres se ocupan tres veces más del trabajo doméstico y de cuidado no remunerado que los hombres. Esto se traduce en tiempo y energía que se les quita a las mujeres para avanzar en sus estudios y carreras, generar ingresos y disfrutar de actividades de ocio.
En el último año, la pandemia de la COVID-19 ha borrado decenios de progreso hacia la igualdad de género. Un gran número de puestos de trabajo se han perdido, la carga de los cuidados no remunerados ha aumentado, a lo que se suma la disrupción de la enseñanza y la escalada de la crisis de la violencia doméstica y la explotación. Todo esto ha provocado que la vida de las mujeres se vea perturbada y sus derechos erosionados. Desafortunadamente, las consecuencias de esta situación durarán mucho más que la pandemia.
Sin embargo, la COVID-19 también nos ha demostrado que las mujeres se encuentran en la primera línea de respuesta, participando como trabajadoras de la salud, cuidadoras, innovadoras y organizadoras comunitarias. Además, también se encuentran entre las y los líderes nacionales y empresariales más ejemplares y eficaces en los procesos de recuperación ante los efectos e impactos de la pandemia.
Este año, el Secretario General de las Naciones Unidas ha señalado que el Día Internacional de la Mujer es una oportunidad para destacar el poder transformador de la participación igualitaria de las mujeres.
Asimismo, en consonancia con el 65º período de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer y con la emblemática campaña Generación Igualdad, este año se hace un llamado más fuerte a exigir el respeto al derecho de las mujeres a la toma de decisiones en todas las esferas de la vida, cerrar las brechas salariales, avanzar hacia una distribución más equitativa de los cuidados y el trabajo no remunerado de los hogares, garantizar el acceso a educación equitativa y de calidad, y poner fin a todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas.
Necesitamos actuar ahora y con decisión para construir un país donde las mujeres y las niñas sean libres de desarrollar sus capacidades personales y tomar sus propias decisiones, sin ningún tipo de limitación impuesta por los estereotipos, prejuicios y roles fijados en función del género.
Invertir y acelerar los esfuerzos para alcanzar las metas fijadas por los Objetivos de Desarrollo Sostenible, principalmente del ODS 5 relativo a la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, es un “buen negocio”. La evidencia internacional indica que cuando se les permite a las mujeres gozar de uno de sus derechos humanos fundamentales como lo es el acceso a la igualdad de oportunidades, los resultados son inequívocos: se fortalecen las economías, se establecen sociedades más justas, y mejora la calidad de vida de las mujeres, hombres, familias y comunidades, sin dejar a nadie atrás.
Además, la violencia contra las mujeres es producto de las inequidades de género, y tiene mayor prevalencia en situaciones donde los roles de género están estrictamente definidos, particularmente, donde los hombres controlan los ingresos y los procesos de toma de decisión a lo interno de los hogares, así como en otros espacios de la vida. Por esta razón, avanzar hacia el empoderamiento económico de las mujeres es imperativo, a fin de que ellas puedan tener acceso y control sobre sus propios recursos y activos, tomar sus propias decisiones y el control sobre sus vidas, y rechazar cualquier forma de violencia hacia ellas.
Desde el Sistema de las Naciones Unidas en Guatemala estamos comprometidos a continuar apoyando al país para lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres. El nuevo Marco de Cooperación para el periodo 2020 – 2025, se enfoca en cinco áreas programáticas clave, incluyendo: desarrollo económico; desarrollo social; instituciones sólidas; paz, seguridad y justicia; y medio ambiente. Estando las mujeres como parte de la población priorizada en todas estas esferas de trabajo.
Es hora de construir un futuro de igualdad. Quiero finalizar exhortando a el gobierno, las instituciones y las empresas en Guatemala a que adopten medidas y cuotas especiales para promover la participación igualitaria de las mujeres en todos los niveles, para que conjuntamente logremos acelerar los cambios que permitan a las mujeres y las niñas la realización de sus derechos humanos.