Marisela y su lucha por un mundo sostenible y equitativo
Este día internacional de la juventud, se conmemora la resiliencia y el liderazgo de jóvenes que trabajan incansablemente para crear un mundo más sostenible.
Por lo anterior, presentamos la inspiradora historia de Marisela Ambrosio, una joven líder que ha encontrado su voz a través de la lucha contra el cambio climático y el empoderamiento económico.
Marisela es una de las recipientes del proyecto PDI[1], implementado por FAO y ONU Mujeres Guatemala con fondos de la Unión Europea. Desde este espacio promueve la participación de mujeres jóvenes y pueblos indígenas para la construcción de un futuro más justo, igualitario y ecológico. Su compromiso con la protección del medio ambiente y el empoderamiento económico de las mujeres la convierte en un ejemplo para más jóvenes.
Proveniente de una lejana comunidad del área de Sipacapa, San Marcos y de una numerosa familia monoparental de 6 hermanos, Marisela es una joven participativa y apasionada por la protección del medio ambiente. Junto a jóvenes de su comunidad, forma parte de un grupo que trabaja con pequeños semilleros, con el objetivo de sembrar árboles y contribuir a la recuperación del ecosistema. Desde el año pasado, han plantado más de mil árboles demostrando cómo las y los jóvenes pueden ser agentes de cambio en la transición hacia un mundo más verde. Expresa: “Siento que es una forma de poder ayudar a nuestro planeta, para contrarrestar la tala de árboles…”, continúa:
"…mi compromiso con el medio ambiente surge de la necesidad de proteger el planeta. Hay demasiada deforestación y siento que es mi deber hacer algo"
Los proyectos de desarrollo comunal en los que participa Marisela se han visto afectados por los efectos del calentamiento global. Comenta: El cambio climático nos afecta en la parte avícola. Somos una asociación que trabajamos con gallinas ponedoras y nos afecta si hay mucho calor, se nos enferman y hay que estarlas vacunando… (también) nos han afectado los cambios de las temporadas de lluvia, que este año es un descontrol, una consecuencia del cambio climático”.
Pero su lucha va más allá de la reforestación. Marisela también se ha unido al proyecto “Plan de Desarrollo Integral (PDI) Apoyo al Plan de Desarrollo Integral para Centroamérica, en el marco de la respuesta global de la Unión Europea al COVID-19” implementado por la FAO y ONU Mujeres, donde se promueve la mejora de las capacidades de productoras/es, sus organizaciones y empresas locales para la provisión de servicios de negocios, acceso al ahorro y crédito y de apoyo al mercadeo para apoyar y gestionar negocios agrícolas y de cadenas de valor, con todo ello, mejorar el empoderamiento económico de las mujeres a través de grupos de autoahorro y crédito comunitario. Marisela, con una visión a largo plazo, está ahorrando parte de sus ingresos para invertir en su propio negocio.
"Quiero tener un negocio propio en la agricultura. Es un sector que me gusta y en el que veo grandes oportunidades de desarrollo para mi comunidad y demostrar que las mujeres jóvenes también pueden ser líderes y emprendedoras", afirma con determinación.
Marisela resalta cómo el proyecto ha tenido un impacto positivo en su comunidad. Gracias a los emprendimientos apoyados por FAO y ONU Mujeres, las familias han experimentado un desarrollo significativo al cultivar sus propios alimentos y reducir su dependencia del mercado. "Ahora estamos cultivando lo que consumimos y eso nos da una mayor seguridad… hemos visto el desarrollo de nuestras familias a través de los emprendimientos… ", dice con orgullo.
Sin embargo, el cambio climático sigue siendo una amenaza para el desarrollo de su comunidad, especialmente en la producción avícola. Las alteraciones en las temporadas de lluvia y el aumento del calor afectan la salud de las gallinas y dificultan la labor de agricultura. "Aunque estamos trabajando en soluciones, el cambio climático es un desafío constante para nosotros. Necesitamos adaptarnos y encontrar formas de proteger la tierra", comenta Marisela.
A pesar de las adversidades, esta joven maya sipacapense es entusiasta: “me metí a un proyecto de aguacates y sueño en grande. De aquí a unos cinco años, quiero transportar esos aguacates no solo a nivel municipal, sino al extranjero. Eso es parte de mis proyectos a largo plazo”. Además, comenta muy eufórica: “…en mi comunidad quiero la participación de las y los jóvenes, en especial de las mujeres. Nosotras también podemos trabajar como autoridad en nuestra comunidad. Mi expectativa es a los 33 años poder decir: ‘quiero ser integrante del COCODE’[2]”. Lo anterior trasciende la importancia del empoderamiento económico de las mujeres, ya que fortalece su confianza personal y les permite participar plenamente en sus comunidades.
La historia de Marisela Ambrosio es un ejemplo elocuente de cómo el empoderamiento económico de las mujeres y el compromiso con el medio ambiente están entrelazados. Invertir en proyectos que promuevan el liderazgo de jóvenes como ella es clave para lograr un futuro más equitativo y sostenible.
La juventud, en especial la que se organiza y acciona por el cambio climático como Marisela, es la fuerza motriz del cambio y en este Día Internacional de la Juventud, celebremos y apoyemos a líderes como ella, quienes con su pasión y compromiso están moldeando un futuro más esperanzador para todas y todos.
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NOTAS:
[1] Consejos Comunitarios de Desarrollo Urbano y Rural (COCODE) de Guatemala.
[2] Proyecto: Apoyo al Plan de Desarrollo Integral para Centroamérica en el marco de la respuesta global de la Unión Europea al COVID-19.