La Coordinadora Residente, Rebeca Arias, compartió en su mensaje, los 12 compromisos de la Agenda Común que esperan el cumplimiento por parte de los 193 Estados miembros. "Es posible que nosotros ya no veamos los efectos de las decisiones que se toman ahora, pero estoy segura de que si pudiéramos vivir un siglo más podríamos sentir satisfacción por lo logrado o frustración por no haber convencido a más personas y líderes para empujar esta agenda" declaró la Coordinadora, de igual manera habló de su experiencia en Guatemala.
"Hoy quiero contares que estoy llegando a los 30 años de servicio para las Naciones Unidas, 5 de los cuales he dedicado a Guatemala. En el cumplimiento de la misión, por este bello país, he sido recibida de forma muy amable. Me siento privilegiada de haber podido acompañarles en diferentes momentos de su historia reciente. He sido testiga del trabajo incansable de la sociedad por consolidar la paz, mejorar el desarrollo humano de la población y adaptarse al mundo cambiante en el que vivimos." Agradeció al Gobierno, especialmente a SEGEPLAN y a la Cancillería Guatemalteca por su hospitalidad. También hizo un reconocimiento a la cooperación internacional por confiar en el sistema de las Naciones Unidas, que con más de 20 agencias, fondos y programas hacen realidad la implementacion del Marco de Cooperación 2020-2025. DISCURSO DE LA COORDINADORA RESIDENTE
Por su parte el Viceministro de Relaciones Exteriores, Sr. Carlos Ramiro Martínez, se refirió a la buena relación con las Naciones Unidas y con la comunidad internacional en general. Resaltó la importancia de ajustar la política de cooperación internacional a las prioridades nacionales. Recordó los esfuerzos que se hacen, en medio de la pandemia, por cumplir la metas del Plan Nacional de Innovación y Desarrollo, así como la Política General del Gobierno.
Mensaje del Secretario General Antonio Guterres
Las Naciones Unidas nacieron hace setenta y seis años como un rayo de esperanza cuando la humanidad trataba de dejar atrás los horrores de un conflicto catastrófico. Hoy, las mujeres y los hombres de las Naciones Unidas llevan esa esperanza a todos los rincones del planeta. El COVID-19, los conflictos, el hambre, la pobreza y la emergencia climática nos recuerdan que nuestro mundo dista mucho de ser perfecto.
Pero también dejan claro que la solidaridad es el único camino para seguir adelante. Tenemos que unirnos para afrontar los grandes retos y avanzar en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Velando por que todas las personas, en cualquier lugar, tengan acceso cuanto antes a las vacunas contra el COVID-19. Garantizando y defendiendo los derechos y la dignidad de todas las personas, especialmente de las más pobres y desfavorecidas, de las niñas y mujeres, y de los niños y jóvenes. Tratando de poner fin a los conflictos que asolan nuestro mundo.
Asumiendo compromisos climáticos audaces para salvar nuestro planeta, y haciendo honor a esos compromisos. Y construyendo una gobernanza mundial más inclusiva, en red y eficaz, tal y como se detalla en mi reciente informe, Nuestra Agenda Común. Los valores que han impulsado la Carta de las Naciones Unidas durante los últimos setenta y seis años — paz, desarrollo, derechos humanos y oportunidades para todas las personas — no tienen fecha de caducidad.
Con motivo del Día de las Naciones Unidas, unámonos en torno a estos ideales y hagamos plenamente realidad la promesa, el potencial y la esperanza de la ONU.