Jornadas para oír mejor: 73 terapistas, madres y padres de familia reciben capacitaciones para enseñar a escuchar
31 mayo 2022
800 millones de personas en el mundo viven con discapacidad auditiva. Sin embargo la OMS indica que el 60 por ciento de la pérdida de audición en la niñez se puede prevenir con una atención temprana.
El oído fue el primer órgano sensorial reemplazado por un implante y en el mundo la primera cirugía de implante coclear fue en Australia en 1978. Esta tecnología requiere no sólo de una cirugía sino que también de un proceso de terapia para que la sensación sonora sea efectiva. Hoy en día la cirugía para este procedimiento en Guatemala tiene un costo estimado de Q150,000.00, sin incluir los costos de terapia, mantenimiento del aparato, entre otros.
Antes del 2019, en el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) sólo se habían brindado herramientas auditivas a dos personas con sordera profunda a través de una tecnología que se conoce como implante coclear: un aparato compuesto por dos partes: a nivel interno se introduce un dispositivo que cuenta con 16 electródos para transmitir estímulos bioeléctricos al nervio auditivo; y de manera externa un procesador que capta las señales sonoras por medio de un micrófono. Estos aparatos se encargan de estimular eléctricamente el oído para producir una sensación sonora.
Desde 2019 hasta el 2021, El IGSS a través del proyecto AMEDIGSS, un convenio entre el Seguro Social y UNOPS, realizó 40 implantes a niñas y niños afiliados al IGSS por medio de Clínicas para Oír Mejor, S.A. Este acuerdo incluyó la atención necesaria e integral luego del implante, gracias a las 208 terapias auditivo-verbales contempladas en el contrato con Clínicas para Oír Mejor, S.A, que aseguran que el proceso de escucha y habla en las y los niños con implantes cocleares sea el adecuado.
¿Qué sucede cuando una persona con discapacidad auditiva recibe un implante coclear? El implante es una instancia que da acceso a la audición, sin embargo hay que enseñar al cerebro a escuchar, ya que antes del implante, la privación auditiva provoca que las neuronas que deberían de trabajar para la escucha se ubiquen en las áreas más cercanas de nuestro cerebro: la visual y de movimiento, esto se conoce como una reorganización en las funciones de las neuronas de nuestro cerebro, y debido a ello la persona con sordera desarrolla más la parte visual y de movimiento. Con el implante, la persona ahora tiene que empezar un proceso de reorganización de las neuronas en su cerebro para fortalecer el área de escucha, esa área que por así decirlo, se encontraba dormida por falta de estímulo.
Luego de recibido el implante, para aprender a escuchar, es necesario un desarrollo auditivo cerebral que no sucede de un día para otro: se requieren, en promedio, 16 meses de escucha para que surjan las primeras palabras. Este proceso le permite al cerebro iniciar a discriminar lo que oye. Luego de esa fase viene el lenguaje: las personas con discapacidad auditiva profunda no desarrollan el lenguaje verbal, por eso, escuchar les permite iniciar el proceso de aprender a comunicarse verbalmente, una palabra a la vez se va desarrollando el lenguaje hablado.
Si la persona no recibe la debida rehabilitación, el implante y esta maravillosa tecnología no van a ser exitosas.
El éxito del implante será mayor si se cumple el objetivo de mantener a las y los pacientes todo el tiempo escuchando, y por ello este proyecto tiene un enfoque centrado en la persona y sus familias, pues el círculo social de cada persona, niño y niña cumple un rol indispensable en la rehabilitación. En ese marco, en los días 24-25 de mayo 21 terapistas, 43 madres y 9 padres de familia, recibieron un taller didáctico para reforzar sus conocimientos en terapias auditivo-verbales.
En estas jornadas, se identificaron las siguientes acciones más relevantes:
- Es importante identificar la cotidianidad de las familias y las y los niños, esto contribuye a cubrir necesidades de comunicación verbal concretas y además, establecer objetivos claros de las terapias, como lo es identificar las palabras necesarias que respondan a las necesidades de lenguaje de la persona. Por ejemplo, para una persona que trabaja en una farmacia puede ser más importante aprender a decir aspirina que saber decir el color amarillo.
- El contenido de las terapias debe ser coherente con la edad de la persona que recibe el implante.
- El cerebro de la persona con implante coclear se debe estimular durante todo el día, por ello las personas que son su sistema de apoyo (familias y cuidadores principales) contribuyen a mejorar la calidad de vida de la persona, nutriendo su cerebro.
- En las terapias se debe practicar y llevar rutinas y estrategias para trabajar en casa.
- Se recomienda que la persona con implante esté escuchando 10 horas al día, desde que se despierta debe tener acceso a los sonidos.
Gracias a estas jornadas para oír mejor, madres, padres y terapistas cuentan con nuevos conocimientos como parte del compromiso continúo del convenio UNOPS-IGSS y de Clínicas para Oír Mejor, S.A. de brindar una atención integral enfocada en las necesidades de las personas.
Escrito por: Isabel Recinos, Comunicadora AMEDIGSS | UNOPS Guatemala