A pesar de las múltiples adversidades, las comunidades de la zona tienen la esperanza y la voluntad de cambiar su futuro y su seguridad alimentaria.
“Nos enseñaron qué hacer ante la vulnerabilidad y cómo sobrevivir al cambio climático... Ya no sé lo que es comprar chile ni apio porque lo tengo en mi parcela” dice con orgullo Maribel Fajardo, después de terminar sus estudios en la Universidad Zamorano de Honduras.
Maribel ganó una beca con el apoyo de la Unión Europea y el Programa Mundial de Alimentos, a través del proyecto PRO-ACT que estuvo dos años en cuatro municipios de Zacapa y El Progreso. El programa se enfocó en diversificar los medios de vida de las familias y asegurar la producción de cultivos y/o ingresos económicos que permitan tener un plato sobre la mesa.
El Corredor Seco de Guatemala es una de las regiones más vulnerables del país respecto al cambio climático, con altos índices de pobreza y desnutrición crónica.
Maribel Fajardo es ahora una líder en su comunidad, inspirando a la transformación con beneficios evidentes. “Tengo que enseñar todo lo que aprendí sobre abono, humedad de suelos y cuidado de parcelas. Vamos a seguir apoyándonos entre agricultores y la próxima vez que nos visiten van a ver que todos tenemos cultivos.”