La pandemia derivada de la COVID-19 es mucho más que una crisis de salud, pues afecta a las sociedades y economías, y su impacto está incrementando.
Vivian Cecilia Quisquiná es una mujer con discapacidad de Caserío Xolbe, Sololá, Sololá. Ella nos comenta de su experiencia durante los últimos meses respecto a la COVID-19 y como se siente en su comunidad.
“Mi vida ha cambiado desde que empezó el COVID-19, tanto en lo emocional como lo económico. Estos 4 meses de encierro que llevo me he estresado muchísimo, no me puedo concentrar en mis estudios, no puedo salir siquiera a la tienda. Hubo una charla sobre medidas de prevención en mi comunidad quise participar, pero no me dieron el espacio porque según ellos debo de quedarme en casa y cuidarme porque soy más vulnerable, pero día a día necesito cosas personales y materiales para mis estudios.
Representantes de la municipalidad me han prometido apoyo, pero no he recibido nada, aunque he buscado formas para seguir adelante, y es que no soy la única: muchas personas y familias con discapacidad también están siendo impactadas. Algunas mujeres se han quedo sin trabajo, sin acceso a medicinas, de alimentos incluso sufriendo violencias desde su hogar porque su agresor está en su casa.
En algunos casos las mujeres con discapacidad no pudieron obtener el bono familia ya que nadie les informó del proceso (sé de una que no lo pudo hacer por falta de información de parte de los [Consejos Comunitarios de Desarrollo] COCODES de su comunidad). Como mujeres con discapacidad también tenemos derecho de acceder a información y apoyos, y que no se olviden de nosotras que si existimos también”
Más información efectos e impactos socieconómicos COVID-19 en Guatemala: https://guatemala.un.org/es/86303-analisis-de-los-efectos-e-impactos-socieconomicos-covid-19-en-guatemala
Crédito: Mujeres con la capacidad de soñar a colores.