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27 abril 2022
Avances e Hitos de la Seguridad Social en Guatemala
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Comunicado de prensa
20 abril 2022
El IGSS aumenta y moderniza su flotilla de ambulancias
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Comunicado de prensa
11 abril 2022
La OIM conmemora el Día Mundial de la Salud con actividades psicosociales para las personas migrantes retornadas
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Los Objetivos de Desarrollo Sostenible en Guatemala
Los objetivos de desarrollo sostenible son un llamado global a la acción para acabar con la pobreza, proteger el medio ambiente y el clima de la tierra, y garantizar que las personas en todas partes puedan disfrutar de la paz y la prosperidad. Estos son los objetivos en los que la ONU está trabajando en Guatemala:
Historia
01 diciembre 2021
Quiero enseñar a mi hija la igualdad de género
Por Alejandra Samayoa (PMA)
Todos los meses, el día 14, se reúnen 46 mujeres en la comunidad El Rancho, en Aguacatán, Huehuetenango, Guatemala, para escuchar sobre el estado financiero del grupo de ahorro y crédito al que pertenecen, pero también para capacitarse sobre nutrición, manejo financiero, empoderamiento de las mujeres y prevención de violencia contra las mujeres y las niñas.
“El grupo me ha servido porque unas con otras nos hemos apoyado, para no sentirme tan sola, vamos a las reuniones platicamos. Ellas me dan consejos de comida para alimentar mejor a mi hija”, comenta Marlen Velásquez Mendoza secretaria del grupo de ahorro y crédito. El Programa Mundial de Alimentos (WFP por sus siglas en inglés), implementa esas actividades para incluir a las mujeres en los procesos de liderazgo y toma de decisiones, para promover el empoderamiento y prevenir la violencia contra las mujeres y las niñas.
El grupo de mujeres se formó como parte del proyecto de resiliencia Mejorando la seguridad alimentaria y nutrición de las poblaciones más vulnerables de Huehuetenango, ejecutado por WFP durante 10 meses, en 10 comunidades, de tres municipios de ese departamento de Guatemala, con el financiamiento de la Agencia de Cooperación Internacional de Corea (Koica).
Quiero enseñarle a mi niña la igualdad de género, los principios, los valores de que todos somos iguales
Marlen comenta que ahora tiene más claro que es la violencia contra la mujer “es el machismo, recibir violencia de parte de la pareja, de parte de familiares”, recuerda que el día que recibieron la capacitación juntas identificaron que en la comunidad una señora era víctima de violencia. “Nos organizamos y vamos a hablarle a la señora para apoyarla”, agrega.
Para estas mujeres recibir información sobre sus derechos se ha convertido en una ventana que les ha mostrado que otras formas de convivir son posibles. “Creo que la violencia se puede evitar, dándoles charlas a las mujeres y más información para las personas. A veces hay desinformación y desigualdad de género, pero todos somos iguales y no tenemos que recibir violencia ni el hombre, ni la mujer y si tenemos hijos darles un buen ambiente familiar”, comenta la joven secretaria del grupo de ahorro y crédito.
“Yo quiero enseñarle a mi niña la igualdad de género, los principios, los valores de que todos somos iguales, que aprenda a respetar a las personas, darle educación y hacerla una niña de bien” concluye.
Transversalidad de género para cambiar vidas
El PMA en Guatemala estableció en el Plan Estratégico de País 2021-2024 la promoción de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres con enfoques transformadores; por lo que en las diferentes actividades desarrolladas en el país se incluyen estos enfoque como elemento transversal porque, como se establece en la Política en Materia de Género 2015-2020, “un mundo sin hambre solo puede lograrse si todas la personas tienen igualdad de oportunidades, igualdad de acceso a los recursos y las mismas posibilidades de hacer oír su voz en las decisiones que repercuten en sus hogares, comunidades y sociedades.
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Historia
29 junio 2021
Reconstruyendo vidas
ENGLISH VERSION HERE
En 2020, las tormentas tropicales Eta e Iota, afectaron a Guatemala y otros países de Centroamérica, provocando inundaciones y desastres con su paso. Entre los departamentos que sufrieron más daños en Guatemala, se encuentra Izabal, donde los daños fueron de gran magnitud, por ejemplo: en la aldea El Sesteadero, cerca del río Motagua, vive Silvia Flores, una lideresa de la comunidad, integrante del COCODE, quien nos comparte su experiencia. Ella, al igual que muchos vecinos ha tenido que reconstruir su hogar, después de la tragedia.
Silvia Flores, de 22 años, vive en la aldea de El Sesteadero desde que tiene memoria, llegó cuando tenía apenas un año de edad. La razón por la que su familia dejó su antiguo hogar, de igual forma, fue debido a una tormenta tropical. Silvia informa que a pesar que El Sesteadero también representaba un área de riesgo, no habían tenido un problema grave desde la tormenta tropical Agatha, en 2010. Sin embargo, enfatiza que los daños causados por las tormentas Eta e Iota, fueron a una escala más grande, afectando a toda la comunidad.
Silvia, forma parte del COCODE, comenta que le otorgaron el puesto de secretaria y, constantemente agradece el hecho que la tomen en cuenta y, a más jóvenes, en eventos de capacitación. Sin embargo, lo que la motivó a involucrarse en el ámbito de desarrollo, fue el deseo de poder ayudar: “uno se involucra para poder ayudar a la comunidad y estar pendiente de cualquier desastre; y por la satisfacción de saber que estás haciendo algo por los demás”.
Con la llegada de las tormentas Eta e Iota, Silvia fue evacuada de emergencia junto con su familia, abandonando su hogar y parte de sus animales. “Personas de buen corazón vinieron a evacuarnos en carros, a nosotros y a los animales, pero, aun así, muchos se ahogaron”, “es lo que más se extraña”, dice Silvia, con una mirada de nostalgia, “ver las plantaciones verdes y nuestra granja llena de animales”. Familias de toda la comunidad, perdieron sus cosechas y tuvieron que presenciar cómo gran parte de sus animales eran arrastrados por las corrientes de agua y, finalmente, se ahogaban. De esta forma, vieron caer no solo sus hogares, sino también, sus principales fuentes de ingreso.
Antes de la tormenta, Silvia y su familia, conformada por su madre y su hermano menor de 17 años, se dedicaban a la siembra de plátano, maíz y frijol, disfrutando de los ingresos que generaba su granja familiar. “Volvimos a sembrar después de las tormentas, pero algunas cosechas tardan 8 o 9 meses, por lo que nuestra economía familiar se vio bastante afectada”, comenta.
Por las radios comenzaron a alertar sobre el peligro de la situación, y la municipalidad puso a disposición vehículos para la evacuación. Los vehículos se cargaban rápido, los albergues también.
Fue una situación que llenó de incertidumbre a las personas afectadas; sin embargo, la solidaridad mostrada por el país y diferentes instituciones; además de las acciones realizadas por el Sistema de las Naciones Unidas en apoyo a las comunidades, crearon sentimientos de esperanza y apoyo que en el momento se requería. Silvia expresa que la comunidad se encuentra agradecida con Naciones Unidas, y con todas las personas e instituciones que les han brindado ayuda y, no los han desamparado en el proceso de reconstruir sus hogares y comunidad.
El segundo momento de impacto para Silvia, fue cuando las condiciones permitieron que dejara el albergue en el que se encontraba y regresar a su hogar, ya que no sabía qué esperar o cuál era la magnitud final de los daños. “Cuando regresamos a nuestra comunidad había mucho lodo; muchas casas hechas de madera fueron dañadas por la humedad y las termitas; además, los cultivos de plátano, maíz y frijol se destruyeron por completo”, añadió Silvia, mientras enfatizaba que había sido una experiencia bastante trágica.
Durante este proceso, la donación de insumos de limpieza y víveres que la comunidad recibió por parte de todo el país, fue valiosa e importante. Así como la ayuda en la reconstrucción de casas y lugares de servicios básicos. Actividades, en las que Naciones Unidas ha colaborado arduamente, visitando la comunidad, donde adjunto se encuentra El Refugio de la Niñez y otras instituciones. Esto, afirma Silvia que tocó su corazón, “nuestra comunidad es un lugar donde las ayudas casi no llegaban y era muy poco conocida porque la entrada es muy difícil y, Naciones Unidas vino con otras instituciones para que conocieran la comunidad y pudieran ayudarnos. Eso es algo que se valora y agradece bastante”.
Silvia y la comunidad, han demostrado una buena actitud de resiliencia, ya que las pérdidas sufridas, para muchas personas representaban el trabajo de toda su vida. Y más allá de reconstruir sus hogares, han tenido que reconstruir sus vidas. Sin embargo, no han estado solos en este proceso. Naciones Unidas y la población guatemalteca, continúan uniendo esfuerzos para apoyar a la aldea El Sesteadero y todas aquellas comunidades afectadas, para no dejar a nadie atrás. Silvia afirma “después de esto, todos nos volvimos muy unidos”.
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Historia
19 agosto 2021
Trabajar para un mundo mejor
“Además de contribuir a los objetivos en beneficio de la población vulnerable, apoyamos tras bambalinas la labor de los colegas que atienden directamente las crisis y el trabajo para erradicar el hambre”. Así, con una sonrisa y la templanza que la caracterizan, Carolina Valdizón comparte lo que ser trabajadora humanitaria en el Programa Mundial de Alimentos (WFP por sus siglas en inglés).
Carolina tiene 22 años de trabajar en el WFP, actualmente es Asociada Administrativa de la oficina de país y durante esos años ha sido el cerebro, las manos y los brazos de la coordinación logística para viajes, gestión de vehículos y controles administrativos de cientos de misiones de campo organizadas por las diferentes áreas de la Oficina de País.
Trabajar en el WFP ha significado un privilegio para esta profesional que siempre está dispuesta ayudar al equipo de las diferentes áreas de la oficina para solucionar las emergencias del trabajo humanitario; como a inicios del 2020 cuando era necesario dotar a todo el personal del equipo de protección de mascarillas, gel y caretas, a pesar de la escasez de insumos que existía en ese momento en el país o las innumerables ocasiones en que ha sido necesario gestionar los vehículos a último momento para una misión de emergencia.
Confiesa que durante estos años de trabajo ha disfrutado la diversidad de funciones, retos nuevos y la oportunidad de mejorar las diferentes actividades que realiza, pero también de aprender nuevos procesos y trabajar en equipo. “En el área de servicios tenemos el privilegio de servir al equipo de la oficina, a la población vulnerable y ser parte activa del engranaje para un mundo mejor”.
Recuerda que en el 2020 durante la pandemia respondió una llamada que ingresó al teléfono móvil institucional porque debido a la situación, la oficina estaba cerrada. Le habló una funcionaria de la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia (SBS), que buscaba apoyo para jóvenes en proceso de reinserción social y que estaban pasando momentos difíciles por la pandemia.
“La invité a que enviara una carta a la Directora de la Oficina lo más explícita posible, explicando la situación de los jóvenes. La satisfacción es que ese fue el primer acercamiento de la SBS para iniciar apoyo de CBT para jóvenes durante la pandemia y ahora meses después un proyecto de resiliencia para 50 jóvenes; y para nosotros como oficina una oportunidad de ampliar nuestra asistencia y enfoque. No es de ninguna manera una gran hazaña, pero es una pequeña muestra que, desde nuestro lugar en una oficina, detrás de un escritorio o un teléfono también podemos contribuir a que las cosas pasen. Trabajamos para ayudar”
Alejandra Samayoa Ochoa, Asociada de Comunicación WFP, alejandra.samayoa@wfp.org
Publicado por Laura Barrera, epesista USAC
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Historia
24 noviembre 2020
Pionera de la radio infantil
ENGLISH VERSION
Por Cristina Alejandra Solares Godoy, comunicadora UMES
El día 20 de noviembre, las Naciones Unidas celebra el Día Universal del Niño. Fue esa fecha en el año 1959, que la Asamblea General de la ONU aprobó la declaración de los derechos del niño.
A lo largo de los años han existido agentes en favor del cumplimiento de estos derechos, entre ellos podemos mencionar a María Magdalena González, también conocida como la tía Magda.
Hace 53 años Magdalena fundó junto a su esposo Mariano Colmenares la Radio Petén, que según ella cuenta fue la segunda radio establecida en tal departamento. Entonces fue cuando surgió el programa Mundo Infantil.
“Yo traje a Petén los discos de música y cuentos que tenía, aun no sabía tanto de locución, pero así empezó el programa.” Comentó la tía Magda.
Su programa está dedicado a los niños, consta de 90 minutos de cuentos y canciones infantiles, entre otras actividades. El programa se ha extendido con el tiempo, al principio tenía una duración de 30 minutos únicamente, pero debido a la cantidad de solicitudes que llegaban a diario, tuvo que extenderse.
Así como la Organización de las Naciones Unidas ha destinado este día para promover el bienestar de los infantes con actividades sociales y culturales, la tía Magda decidió brindarles un momento de sus tardes a los niños, actividad que la hace muy feliz, pues ella afirma que son los niños quienes construyen el futuro.
Magdalena comentaba que lamentablemente, existen pocos programas de radio dedicados a la niñez y ellos merecen tener un espacio bonito en el cual entretenerse de manera sana. Cualquier persona quien tiene el privilegio de conocer a la tía Magda, puede afirmar que ella fue obsequiada con un don para instruir y cautivar a los niños por medio de sus cuentos, pues le prestan atención con mucha facilidad.
Este Día Universal del Niño agradecemos a la tía Magda por su labor con la niñez y por todas las experiencias que nos ha brindado con el programa Mundo Infantil, el cual ha sido una admirable labor en nuestra sociedad.
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Comunicado de prensa
20 enero 2021
Lanzamiento nacional del Marco de Cooperación de ONU Guatemala
El acuerdo es el resultado de un proceso de construcción que conllevó dos etapas de talleres en las cuales, de manera participativa y con base en la metodología de la teoría del cambio, se identificaron desafíos, poblaciones prioritarias y cambios deseados, para lograr así la determinación de las estrategias a abordar.
De acuerdo con la titular de la Secretaría de Planificación y Programación de la Presidencia – SEGEPLAN – Keila Gramajo Vilchez, “esta herramienta de trabajo contribuye al cumplimiento de lo establecido en el Plan Nacional de Desarrollo: K’atun Nuestra Guatemala 2032, en los Objetivos de Desarrollo Sostenible y en la Política General de Gobierno 2020-2024. Además, se realizó en el marco de readecuación de la cooperación para el desarrollo de Guatemala, bajo el liderazgo del señor Presidente de la República Alejandro Giammattei, considerando que la asistencia técnica sea dirigida a alcanzar de forma directa el desarrollo del país”. Dicho instrumento de mediano plazo se realizó de forma constructiva, abierta y participativa entre las agencias que conforman el Sistema de Naciones Unidas en Guatemala y las diferentes instituciones públicas del gobierno, será la guía para las intervenciones en materia de cooperación de las diferentes agencias del sistema para los próximos años.
“Las 20 agencias de la ONU que trabajamos en Guatemala, consideramos que juntos podemos alcanzar las metas de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, en la década que falta para el año 2030. Ese es el espíritu del Marco Estratégico de Cooperación, cuyo principio prioritario es: no dejar a nadie atrás”, destacó la Coordinadora Residente del Sistema de las Naciones Unidas en Guatemala, Rebeca Arias Flores. El nuevo Marco de Cooperación 2020-2025 cuenta con cinco áreas de trabajo, las cuales están vinculadas con los temas cubiertos por los pilares de la Política General de Gobierno 2020-2024, siendo estas: desarrollo económico; desarrollo social; seguridad, paz y justicia; instituciones sólidas (transparentes, responsables y efectivas); y medio ambiente. Por su parte el ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala, embajador Pedro Brolo Vila, manifestó que “las actividades y objetivos plasmados en este Marco para los años 2020-2025, fueron construidos en estrecha comunicación y coordinación con las instituciones del Gobierno de Guatemala, por lo que sabemos que es una ruta dirigida a la población más vulnerable y a sus necesidades más inmediatas”.
“Para el Gobierno del doctor Alejandro Giammattei, es de vital importancia que la cooperación internacional esté alineada con la Política General de Gobierno 2020-2024, por lo que se priorizaron aquellos proyectos y programas que se alineen con esta Política, y que además contribuyan al cumplimiento de las metas de desarrollo establecidas en el Plan Nacional de Desarrollo: K’atun Nuestra Guatemala 2032 y a los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, reiteró el funcionario.
El éxito en la implementación y ejecución de este marco para los próximos años se construye con el objetivo claro de trabajar por un mejor futuro para los niños, jóvenes, mujeres y hombres de Guatemala. DESCARGAR DOCUMENTO DEL MC
De acuerdo con la titular de la Secretaría de Planificación y Programación de la Presidencia – SEGEPLAN – Keila Gramajo Vilchez, “esta herramienta de trabajo contribuye al cumplimiento de lo establecido en el Plan Nacional de Desarrollo: K’atun Nuestra Guatemala 2032, en los Objetivos de Desarrollo Sostenible y en la Política General de Gobierno 2020-2024. Además, se realizó en el marco de readecuación de la cooperación para el desarrollo de Guatemala, bajo el liderazgo del señor Presidente de la República Alejandro Giammattei, considerando que la asistencia técnica sea dirigida a alcanzar de forma directa el desarrollo del país”. Dicho instrumento de mediano plazo se realizó de forma constructiva, abierta y participativa entre las agencias que conforman el Sistema de Naciones Unidas en Guatemala y las diferentes instituciones públicas del gobierno, será la guía para las intervenciones en materia de cooperación de las diferentes agencias del sistema para los próximos años.
“Las 20 agencias de la ONU que trabajamos en Guatemala, consideramos que juntos podemos alcanzar las metas de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, en la década que falta para el año 2030. Ese es el espíritu del Marco Estratégico de Cooperación, cuyo principio prioritario es: no dejar a nadie atrás”, destacó la Coordinadora Residente del Sistema de las Naciones Unidas en Guatemala, Rebeca Arias Flores. El nuevo Marco de Cooperación 2020-2025 cuenta con cinco áreas de trabajo, las cuales están vinculadas con los temas cubiertos por los pilares de la Política General de Gobierno 2020-2024, siendo estas: desarrollo económico; desarrollo social; seguridad, paz y justicia; instituciones sólidas (transparentes, responsables y efectivas); y medio ambiente. Por su parte el ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala, embajador Pedro Brolo Vila, manifestó que “las actividades y objetivos plasmados en este Marco para los años 2020-2025, fueron construidos en estrecha comunicación y coordinación con las instituciones del Gobierno de Guatemala, por lo que sabemos que es una ruta dirigida a la población más vulnerable y a sus necesidades más inmediatas”.
“Para el Gobierno del doctor Alejandro Giammattei, es de vital importancia que la cooperación internacional esté alineada con la Política General de Gobierno 2020-2024, por lo que se priorizaron aquellos proyectos y programas que se alineen con esta Política, y que además contribuyan al cumplimiento de las metas de desarrollo establecidas en el Plan Nacional de Desarrollo: K’atun Nuestra Guatemala 2032 y a los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, reiteró el funcionario.
El éxito en la implementación y ejecución de este marco para los próximos años se construye con el objetivo claro de trabajar por un mejor futuro para los niños, jóvenes, mujeres y hombres de Guatemala. DESCARGAR DOCUMENTO DEL MC
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Historia
29 octubre 2021
“No porque no teníamos el implante íbamos a dejar de trabajar”
Alma fue asesora de créditos en un banco en Guatemala por 12 años, sin embargo, a partir del diagnóstico de hipoacusia bilateral profunda de su hija, Alysson, su vida cambió. A partir de que ella logró que su hija fuera implantada vio la necesidad de acompañar de cerca la educación de su hija a través de las terapias auditivo-verbales.
En el año 2011, cuando Alysson tenía un año y medio le hicieron exámenes que la diagnosticaron con sordera profunda, y en ese entonces, en el Seguro Social no existía el servicio de implantes, Alma encontró que en ese año la opción más cercana para implantar a su hija quedaba en España, Barcelona.
De todas formas Alma decidió que su hija empezara a estudiar en la escuela de pro ciegos y sordos, y así fue como Alysson comenzó con las terapias de lenguaje, “No porque no teníamos el implante íbamos a dejar de trabajar”, expresó Alma, quien adicionalmente a las clases en la escuela, llevaba a su hija a terapias de lenguaje. “La verdad es que mi hija trabajó conmigo, íbamos a ver un cliente, íbamos a la terapia y seguíamos en la casa, hablándole porque siempre se buscó que ella hablara”, agregó Alma.
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Esa fue la dinámica de Alma y Alysson hasta los nueve años, cuando logró ser implantada en el Seguro Social. Para ese entonces, el Instituto ya contaba con un Comité Multidisciplinario de Implantes Cocleares, lo que le permitió ser implantada bajo el cuidado médico adecuado asegurando un pronóstico positivo de la cirugía, además con una de las mejores tecnologías que hay en el mercado.
Pero para Alma fue un proceso difícil, porque como Alysson ya hablaba, se imaginaba que con el implante iba a ser fácil. Sin embargo, no fue así, para un niño sordo hablar es diferente, porque ellos aprenden a hablar a través de vibraciones.
Para Alma la escuela y terapia de Alysson le exigían tiempo que no tenía y renunció de su trabajo para apoyar en el desarrollo del habla de su hija. Una de sus preocupaciones es que considera que las mayores barreras se encuentran en el entorno y hay mucho camino por recorrer para hablar de inclusión de las personas con hipoacusia. Las barreras, según ella, se encuentran en todos lados. “A mi hija la implantaron en mayo y regresó a la escuela en junio, el problema era que el implante es: hablo porque escucho, no porque leo labios; porque esa es la diferencia y ese fue el proceso del cambio. Ella estaba acostumbrada a verle la cara, la boca, gestos, mientras con el implante tuvimos que aprender que: hablo porque escucho”, narró la madre.
Esto impulsó a Alma a estudiar y formarse en el tema, porque desde que implantaron a su hija el doctor recomendó la terapia auditiva verbal, que es totalmente diferente, y era aún más diferente a lo que ella trabajaba con Alysson. “Recuerdo la primera terapia que me dio Mirna en línea, todos los lineamientos que ella me decía yo los había hecho al revés”, dijo Alma, quien así fue como aprendió que cada detalle del entorno de su hija cuenta y es clave para que pueda aprovechar al máximo de su implante, desde el tipo de ropa y el tono de voz adecuado, hasta la ubicación de donde se escucha: Es “decir y luego mostrar”. “Siempre nos poníamos metas, hoy tenemos que aprender tal fonema. Para decir la R la tuvimos que sacar con gárgaras”, precisó Alma.
Ahora que Alysson está implantada aún afronta barreras, pues su voz es muy nasal, y su oralidad es diferente. El cambio hacia un colegio fue intenso para ella ya que su mundo eran las personas con discapacidad auditiva. Sin embargo, gracias a las terapias, Alysson va adquiriendo más oportunidades para su desarrollo y su futuro.
En el marco del Convenio UNOPS-IGSS de Implantes Cocleares se logró la implantación de 40 equipos, lo cual ha beneficiado a 20 niñas y 20 niños. Al 31 de julio de 2021 se han realizado 2,150 terapias y 134 calibraciones como parte del acompañamiento a las familias. Gracias a estas acciones, 40 menores, así como sus familias, tendrán mayores oportunidades y un mejoramiento en la calidad de vida.
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Historia
19 agosto 2021
Ser trabajadora humanitaria
La primera asignación de Wendy Estrada, monitora de campo del Programa Mundial de Alimentos en Guatemala, fue para asistir las entregas de Transferencias Basadas en Efectivo durante la respuesta en emergencia por la pandemia en Huehuetenango. Ese departamento está ubicado en el occidente del país a 16 horas de camino desde su casa en Río Hondo, Zacapa “cuando vivo lejos de mi familia lo que me llena es servir y poder apoyar a las familias desfavorecidas. Cualquier adversidad o limitante que pueda pasar, es secundaria porque me llena el trabajo que hago”, agrega con una sonrisa y con la voz calmada mientras atiende la llamada antes de iniciar sus labores en campo.
Comenta que durante su experiencia en Huehuetenango conoció de cerca la diversidad cultural del país, pero confiesa que también descubrió las adversidades y las situaciones precarias que enfrentan las personas, así como la importancia del trabajo humanitario para salvar y cambiar la vida de la población beneficiaria.
Wendy es ingeniera agrónoma y ambiental de profesión, pero una trabajadora humanitaria comprometida incluso desde pequeña, porque comenta que cuando era niña le decía a su familia que quería tener un trabajo donde pudiera servir y ayudar a los
demás con amor, con pasión y con alegría “ahora mi familia sabe que mi sueño se está haciendo realidad, porque cuando estoy en las intervenciones me recuerdo de esas palabras que decía de pequeña, servir a los demás con pasión y alegría”.
Antes de integrarse al WFP, Wendy trabajó en el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación durante cinco años, tiempo durante el que también coordinó actividades con WFP como socia implementadora local; lo que le ayudó a conocer de cerca el trabajo que realizaba en el país.
Comparte que durante el 2020 también formó parte del equipo de emergencias que atendió a la población en las áreas afectadas por las tormentas Eta e Iota, en Morales, Izabal; otro departamento del país ubicado en el Noroeste del país. Durante esa intervención las carreteras eran de difícil acceso, algunas estaban intransitables y la implementación para la asistencia alimentaria era un reto, “durante las entregas fue impactante ver las largas filas de las familias a la espera de la ración de comida, porque no tenían nada para subsistir, algunas estaban en los albergues. Las familias perdieron sus medios de vida, sus hogares estaban destruidos, fue una experiencia que me impactó y motivó a seguir trabajando”.
Alejandra Samayoa Ochoa
Asociada de Comunicación WFP
alejandra.samayoa@wfp.org
Publicado por Laura Barrera, epesista USAC
Publicado por Laura Barrera, epesista USAC
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Historia
20 julio 2021
El retorno de migrantes durante la pandemia
Tal y como ocurrió en todos los países del mundo, también en Guatemala, la detección del primer caso de Coronavirus lo cambió todo. Esto ocurrió el 13 de marzo de 2020, después que un pasajero de un vuelo comercial procedente de Europa presentara síntomas de la infección.
La curva de contagio creció exponencialmente en el país y pronto iniciaron las primeras medidas impuestas por el gobierno que buscaban mitigar la propagación del virus. Siguiendo las políticas implementadas por países que pocas semanas antes habían experimentado tal situación, Guatemala limitó la libre circulación de personas por medio de “toque de queda”, cierre de la mayoría de las actividades comerciales y exigió respetar una prudente distancia entre personas en lugares públicos.
Es evidente, hasta la fecha, que uno de los puntos críticos de la crisis sanitaria derivada de la COVID-19 ha sido la movilidad humana. Fue por tanto, en los primeros meses de la pandemia, una acción inmediata a limitar o más bien anular el flujo de personas que desde el extranjero entraban a Guatemala. Se cerraron las fronteras terrestres y se anularon los vuelos comerciales hacia el país.
Las únicas excepciones fueron los vuelos de deportación que repatriaron a las personas migrantes irregulares detenidas en Estados Unidos (EE. UU.) y aquellos que entraron por tierra procedentes de México.
Era evidente que el ingreso al país de personas que llegaban principalmente desde EE. UU., uno de los países con las tasas más altas de infección en el mundo, representaba un alto riesgo. A finales de abril de 2020, autoridades del país, a través de declaraciones del Ministro de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS), confirmaron que los deportados desde EE. UU. representaban “el 20 % de los 500 casos de COVID-19 en Guatemala”. Fue así como, desde la primera semana de mayo, se decidió suspender los retornos.
Se requirieron semanas de trabajo para afinar protocolos eficientes con el objetivo de minimizar los riesgos de seguir “importando” el virus. Además de exigir al gobierno de EE. UU. efectuar las pruebas clínicas para detectar el virus, autoridades del Instituto Guatemalteco de Migración (IGM), con la ayuda y el respaldo de la Organización Internacional de Migración (OIM), previeron la necesidad de equipar instalaciones donde los deportados pudiesen guardar un período de cuarentana.
“Además de los certificados de prueba con resultado negativo que poseía cada migrante retornado, el MSPAS se encargaba de realizar un nuevo test, este al azar al 10% de las personas”, afirma Magda Del Valle, agente del IGM que estuvo a cargo del albergue “Ramiro de León Carpio”, en la Ciudad de Guatemala. “Recibimos un promedio de 1.200 a 1.500 retornados al mes, a quienes ubicamos en cuatro albergues diferentes. En el “Ramiro de León Carpio” unos 500 a la semana”.
Además del personal del IGM y el MSPAS que sumaban dieciséis en total, en el “Ramiro de León Carpio” fueron contratadas tres educadoras como parte del apoyo facilitado por OIM, a través del “Programa conjunto de apoyo al Plan de Respuesta Humanitaria COVID-19: protección del personal de salud y promoción de una cuarentena digna basada en derechos humanos”. Emma Estrada es una de ellas y explica como su función esencialmente fue la de enseñar las buenas prácticas de higiene que la presencia de la COVID-19 nos obliga a respetar. “Dábamos clase a grupos de 15 a 20 personas, por unos 20 minutos, enseñando cual es la manera correcta de lavarse las manos, como usar las mascarillas” recuerda Emma, “usamos infografías y diseños para que fuera todo más claro. Todo esto para los 7.350 retornados atendidos”.
Su colega, Alejandra Olmedo, remarca que jugaron también otro rol: “desde el inicio nos dimos cuenta que la mayoría de ellos necesitaban apoyo psicosocial, venían de vivir meses en encierro y al ingresar a Guatemala tenían la idea de irse directamente a sus hogares, estaban desesperados por hacerlo. No faltaron los momentos tensos, pero cuando se les hacía notar que eso era también para tutelar a sus propias familias, entraban en conciencia”.
Cuando se les comunicaba la necesidad de la cuarentana, muchos revivían los momentos de las detenciones en EE. UU o México. No creían en las descripciones que los encargados del albergue les daban de las instalaciones. Tres comidas calientes al día, camas equipadas con colchones, baños dignos, áreas comunes al aire libre y hasta wifi. Esos tratos, recibidos en su propio país, fueron un alivio para muchos.
Ingrid Andrino, una de las tres educadoras, recuerda como el apoyo de OIM, a través del programa conjunto, facilitó también una donación para los migrantes retornados: “se entregaron 1.970 dispensas de alimentos, además de kits de higiene y de abrigo. Lo que no se utilizó tras el cierre del albergue, en diciembre 2020, se entregó en la Fuerza Aérea Guatemalteca, el lugar donde siguen aterrizando los vuelos desde EE. UU”.
El mayor indicador de eficiencia de la labor ejecutada por parte de las educadoras, es un dato objetivo. A lo largo del funcionamiento del albergue “Ramiro de León Carpio”, entre los empleados del IGM, del MSPAS y de OIM, ninguno de ellos resultó positivo a pesar de haberse detectado casos de portadores asintomáticos de COVID-19 entre los migrantes recién ingresados.
El equipo de OIM participante en el programa conjunto puntualizó también que, “el éxito del trabajo de las educadoras consistió en el uso de la estrategia “aprender haciendo” y la organización de pequeños grupos de aprendizaje, lo cual fue una acertada forma de hacer llegar los mensajes clave de prevención del virus a las personas migrantes retornadas en los albergues”. Adicionalmente, la “estrategia de trabajo puso al centro los derechos humanos de las personas, permitiendo crear espacios de diálogo y vínculos de confianza entre las educadoras y las personas migrantes para la identificación de necesidades de atención psicosocial y su respectiva derivación”.
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Historia
19 julio 2021
Hilando derechos humanos en Guatemala: la lucha de las tejedoras Mayas
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Martes 23 de febrero de 2021. Por la mañana el mercado apenas empieza a revivir algo del fervor habitual que se solía percibir antes de la pandemia. Frente a la fachada de la catedral de Santo Domingo, Sacatepéquez, el tradicional ruido de los vendedores y el paso frenético de los clientes, mezclados en un torbellino de colores y olores apenas empieza a cobrar nuevamente vida, lentamente, después de tantos, demasiados meses de restricciones debido a la pandemia. Como en cualquier otro lugar del país la pandemia trajo desempleo, escasez y pobreza, que se sumaron a la histórica precariedad económica de los pueblos del altiplano guatemalteco.
En el patio de la casa de Ángela Felicita Sujuyuj, el leve sonido del telar de cintura nunca se detiene. Hoy la acompañan Gloria Estela García y Marta Elisabeth Hernández. Las tres son integrantes del consejo de tejedoras del pueblo, socias del Movimiento Nacional de Tejedoras y fundadoras de la Asociación Femenina para el Desarrollo de Sacatepéquez - AFEDES -. Junto a sus telares llevan una vida de lucha y resistencia en defensa de los derechos de las mujeres indígenas y sus expresiones ancestrales, las cuales se reflejan en sus trajes tradicionales.
Gracias a su organización establecieron un antecedente histórico. El 6 de noviembre de 2020 lograron ocupar las portadas de la prensa nacional, cuando la Corte de Constitucionalidad - CC -resolvió a su favor una acción legal en contra del Instituto Guatemalteco de Turismo - INGUAT - por utilizar la imagen de las mujeres tejedoras como objeto de comercialización y folklorización. En la acción de amparo interpuesta se denunció la exclusión sistemática, en especial de las tejedoras, como beneficiarias directas de los ingresos que genera el Estado a través del turismo. Eso pese a que sus rostros son utilizados para promocionar la marca «Corazón del Mundo Maya», lema bajo el cual se promueven las visitas de turistas al país. El Movimiento Nacional de Tejedoras reclamó que el INGUAT se abstuviera de continuar con estas prácticas y que el Estado adoptara medidas administrativas y políticas públicas que incluyan beneficios para las mujeres indígenas tejedoras. En su fallo a favor, la CC solicitó al INGUAT que, «implemente mecanismos de participación adecuados que permitan la participación real y efectiva de los distintos colectivos de pueblos indígenas en la formulación y diseño de políticas públicas en la materia, específicamente aquellas susceptibles de afectar sus derechos, por medio de representantes legítimos, elegidos conforme a sus propias formas de organización».
Esta no es la primera victoria judicial del Movimiento Nacional de Tejedoras. El Movimiento nació en 2014 con más de 600 tejedoras y el acompañamiento de AFEDES. Con su creación inició la batalla legal para reclamar el reconocimiento y protección de los derechos de autor de los diseños, textiles e indumentarias, contando a lo largo del camino con la asistencia técnica de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos - OACNUDH -, apoyo que continúa en la actualidad. Fue así como dos años más tarde, en 2016, el Movimiento presentó una acción de inconstitucionalidad ante la CC, solicitando la modificación de algunos artículos de varias leyes, incluida la Ley de Protección y Desarrollo Artesanal y la Ley de Derechos de Autor y Derechos Conexos, para garantizar el derecho de propiedad intelectual colectiva, en especial de los textiles e indumentaria de los pueblos indígenas. En 2017, la CC emitió una histórica sentencia exhortando al Congreso de la República a emitir una ley específica que establezca mecanismos de protección de la propiedad intelectual colectiva de los pueblos indígenas. Sin embargo, a la fecha, esta ley aún no ha sido aprobada.
Con una mirada firme, Angelina Aspuac, coordinadora del Movimiento Nacional de Tejedoras y representante común en los procesos judiciales mencionados, explica que la reciente batalla legal va más allá de la pelea jurídica: “se trata de dignidad, porque mientras nada de esto cambie, somos nosotras, las mujeres tejedoras, las que seguimos pagando el costo económico y las que subsidiamos a aquellos que lucran con nuestros textiles. Es más sobre dignidad que otra cosa”.
Dignidad. El sentimiento de amor propio vinculado a la pertenencia étnica y cultural de un territorio y su reivindicación en un país donde el racismo y la exclusión son palpables. Eso ha sido el reto de toda una vida para las mujeres de AFEDES. Lo explica con una sonrisa y lenguaje muy directo, Gloria Estela García, mientras sus compañeras no quitan la mirada en los hilos que siguen tejiendo. Originaria de Totonicapán, Gloria explica que empezó a darse cuenta de lo que era el racismo en Guatemala a los 7 años, cuando empezó a realizar tareas de trabajo doméstico en casas de vecinos. Empezó a sentir el desprecio de clase, la discriminación que recibía por ser la “muchacha” de la casa, la “sirvienta”. Esta condición se cristalizó dramáticamente a los 11 años, cuando, por necesidad, fue a buscar trabajo a la ciudad capital. “Desde que me discriminaron yo jamás volví a trabajar de eso, aun si tuviera que comer solamente tortillas con sal, ya no vuelvo a trabajar en casas”, dice, absolutamente convencida, García. Al mudarse encontró que en Guatemala existían dos mundos paralelos: el mundo de los ricos, y el mundo de los pobres, indígenas y mestizos. “Agachá la cabeza, me decía mi madre cuando yo protestaba, pero yo no la agachaba, por eso siempre duré poquito en los lugares de trabajo” sostiene con orgullo García.
En su adultez, viviendo en Santo Domingo, Sacatepéquez, García encontró su principal arma de defensa contra la discriminación: la organización colectiva. En 2009, se unió con otras tejedoras para crear el Consejo de Tejedoras, como respuesta a las amenazas que sus integrantes tuvieron que enfrentar en defensa de su identidad cultural indígena, y sus derechos como trabajadoras y comerciantes.
El Consejo de Tejedoras tuvo que protegerse de varios intentos de apropiación de sus técnicas de trabajo por parte de instituciones y particulares que, a lo largo de la última década, han tratado de adueñarse no sólo de sus productos, sino de los derechos de producción, violando el legado cultural que el traje típico representa en la identidad cultural de los pueblos indígenas. En principio, las visitas de personas empresarias y de algunas instituciones eran bienvenidas: como comerciantes, las mujeres necesitaban ampliar su red de ventas en el país. Pero, rápidamente entendieron el engaño. “Nos asustamos” cuenta García con respecto a la última visita, cuando resultó evidente que personas ajenas a su comunidad iban imponiendo formas de producir diferentes y, sobre todo, con el propósito de adueñarse de los derechos de producción de sus tejidos. “Cómo va a ser eso que va a ser su diseño, si yo estoy plasmando allí mi propio diseño… y que ni fuera mío, si es de la población, porque yo lo he traído de mis ancestros”, denuncia la tejedora. Comercializar cultura, vender identidad, sin, además, reconocerles a las depositarias un precio – por si de un precio se tratara de discutir – justo.
La gota que derramó el vaso fue cuando una empresaria capitalina, en sus tiempos de estudiante universitaria, se acercó a García con el pretexto de realizar un estudio sobre las tradiciones culturales del lugar vinculadas al tejido típico, y unos años después, empezó a promover su línea de bolsos típicos por los cuatro vientos en las redes sociales. Cuando García se enteró que los videos promocionales, grabados durante las amigables sesiones de estudio de campo de la universitaria llevaban su rostro como protagonista, se indignó al punto tal que interpuso una denuncia en el Ministerio Público. La fiscal que recibió su demanda cuestionó las razones del enojo de la tejedora, argumentándole que no era un mal que la exclusiva línea de bolsas típicas llevara el nombre de la virgen María, tal como, en el imaginario racista común del país, todas las mujeres indígenas del altiplano. “Tuve un sentimiento muy encontrado, no sabía si reírme o explotar de cólera” comenta García al respecto.
Las batallas de las tejedoras en defensa del patrimonio cultural no solamente han pasado por salas de tribunales. El año pasado, el mundo entero se paralizó frente al peligro de la pandemia y la recesión económica fue notable por todos lados. Nuevamente, en Santo Domingo, Sacatepéquez, la organización logró crear un sistema de solidaridad interna donde quien tenía un poco más apoyaba al más necesitado, pero los meses fueron largos y todavía, argumentan las mujeres tejedoras, la crisis no ha terminado.
Durante el confinamiento, la OACNUDH siguió en contacto con Angelina para impulsar el cumplimiento de la sentencia de la CC. En una de las conversaciones, Angelina solicitó a la OACNUDH realizar una acción que pudiera aliviar, siquiera un poco, la situación de precariedad en la que se encontraban las tejedoras que se habían quedado sin ingresos ante la imposibilidad de vender sus productos. De esa conversación surgió una acción específica: la compra, por parte de la OACNUDH, de 3.000 mascarillas elaboradas por las tejedoras. Las mascarillas llevarían consigo una breve historia del Movimiento y de la reivindicación de sus derechos.
“Las 3.000 mascarillas han servido para aliviar un poco la crisis económica de nuestros hogares” comenta Angelina . Además, explica que, a través de este nuevo modelo de cooperación con la OACNUDH, se pudo distribuir las mascarillas a órganos diplomáticos e instituciones del país “cumpliendo con la estrategia de mantener alta la atención política sobre nuestro caso y promover la ley a favor de los derechos culturales y económicos de las tejedoras mayas, estancada en el Congreso”.
Mika Kanervavuori, Representante de la OACNUDH en Guatemala, remarca: “tuve la oportunidad de conocer de primera mano la labor que realiza el Movimiento Nacional de Tejedoras y la organización AFEDES cuando las visité en Sacatepéquez el año pasado. Su compromiso para reclamar los derechos de propiedad intelectual colectiva sobre sus tejidos e indumentaria es admirable. Espero que el tejido social, económico y político de los esfuerzos que realiza el Movimiento vea sus frutos en futuro cercano”.
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Historia
25 septiembre 2021
Spinning human rights in Guatemala: the struggle of the Mayan weavers
Tuesday, February 23, 2021. In the morning the market is just beginning to rekindle some of the usual fervor that used to be perceived before the pandemic. In front of the facade of the Cathedral of Santo Domingo, Sacatepéquez, the traditional noise
of the vendors and the frantic pace of the customers, mixed in a whirlwind of colors and smells, is just beginning to come alive again, slowly, after so many, too many months of restrictions due to the pandemic. As elsewhere in the country, the pandemic brought unemployment, scarcity, and poverty, which added to the historical economic precariousness of the people from the Guatemalan highlands. In the courtyard of Angela Felicita Sujuyuj's house, the slight sound of the waist loom never stops. Today she is accompanied by Gloria Estela García and Marta Elisabeth Hernández. The three of them are members of the council of weavers of the community, members of the National Movement of Weavers and founders of the Women's Association for the Development of Sacatepéquez -AFEDES-. Together with their looms, they lead a life of struggle and resistance in defense of the rights of indigenous women and their ancestral expressions, which are reflected in their traditional costumes. Thanks to their organization they established a historical precedent. On November 6, 2020, they managed to occupy the front pages of the national press, when the Constitutional Court (CC) ruled in their favor a legal action against the Guatemalan Institute of Tourism -INGUAT- for using the image of women weaves as an object of commercialization and folklorization. In the action for legal protection, it was denounced the systematic exclusion, especially of the weavers, as direct beneficiaries of the income generated by the State through tourism. This despite the fact, that their faces are used to promote the “Heart of the Mayan World”, a slogan which tourists are promoted to visit the country. The National Movement of Weavers demanded that INGUAT refrain from continuing with these practices and that the State adopt administrative measures and public policies that include benefits for indigenous women weavers. In its decision in favor, the CC requested INGUAT to "implement adequate participation mechanisms that allow the real and effective participation of the different collectives of indigenous peoples in the formulation and design of public policies on the matter, specifically those expected to affect their rights, through legitimate representatives, elected according to their own forms of organization."
The National Movement of Weavers is not the first judicial victory. It was born in 2014 with more than 600 weavers and the support of AFEDES. With its creation, it began the legal battle to claim the recognition and protection of the copyright of designs, textiles, and clothing, counting along the way with the technical assistance of the Office of the United Nations High Commissioner for Human Rights -OHCHR-, support that continues today. Thus, two years later, in 2016 the Movement filed an action of unconstitutionality before the CC, requesting the modification of some articles of several laws, including the Law on Protection, Artisanal Development and the Law on Copyright and Related Rights, to guarantee the right of collective intellectual property, especially of textiles and clothing from indigenous peoples. In 2017, the CC issued a landmark ruling urging the Congress of the Republic to issue a specific law from indigenous peoples establishing mechanisms to protect the collective intellectual property. However, to date, this law has not yet been approved.
With a firm look, Angelina Aspuac, coordinator of the National Weavers' Movement and common representative in the legal proceedings, explains that the recent legal battle goes beyond the legal fight: “it is about dignity, because as long as none of these changes, it is we, the women weavers, who continue to pay the economic cost and who subsidize those who profit from our textiles. It's more about dignity than anything else.” Dignity. The feeling of self-esteem linked to ethnic and cultural belonging to a territory and its vindication in a country where racism and exclusion are evident. This has been the challenge of a lifetime for the women of AFEDES. Gloria Estela García explains it with a smile and very direct language, while her colleagues do not take their eyes off the threads they continue to weave. Originally from Totonicapán, Gloria explains that she began to realize what racism was in Guatemala at the age of 7, when she started doing domestic work in the homes of neighbors. She began to feel the class contempt, the discrimination she received for being the “maid” of the house, the “servant.” This condition crystallized dramatically at the age of 11, when, out of necessity, she went to look for work in the capital city. “Since I was discriminated against, I have never worked as a maid again, even if I had to eat only tortillas with salt, I will never work in houses again,” says García, absolutely convinced. When she moved, she found that in Guatemala there were two parallel worlds: the world of the rich and the world of the poor, indigenous and mestizos. My mother used to say to me when I protested, “Keep your head down, but I didn't keep my head down, that's why I always lasted only a short time in the workplace,” García says proudly.
As an adult living in Santo Domingo, Sacatepéquez, García found her main weapon of defense against discrimination: collective organization. In 2009, she joined with other weavers to create the Council of Weavers, in response to the threats its members faced in defense of their indigenous cultural identity and their rights as workers and merchants.
The Council of Weavers had to protect itself from several attempts of appropriation of their work techniques by institutions and individuals who, over the last decade, have tried to take ownership not only of their products, but also of the production rights, violating the cultural legacy that the traditional costume represents in the cultural identity of indigenous peoples. At first, the visits from businesspeople and some institutions were welcome: as merchants, the women needed to expand their sales network in the country. But they quickly understood the dishonesty. “We got scared,” says García about the last visit, when it became clear that people from outside their community were imposing different ways of producing and, above all, with the purpose of taking over the rights to produce their weavings. “How is it going to be their design, if I'm putting my own design there... and it's not even mine, if it belongs to the people, because I brought it from my ancestors,” the weaver denounces. To commercialize culture, to sell identity, without, in addition, recognizing to the depositors a fair price - as if it were a price to be discussed -.
The straw that broke the camel's back was when a businesswoman from the capital, during her time as a university student, approached García with the pretext of conducting a study on the cultural traditions of the place linked to typical weaving, and a few years later, began to promote her line of typical handbags to the four winds
on social networks. When García found out that the promotional videos, recorded during the university student's friendly field study sessions, had her face as the protagonist, she was so outraged that she filed a complaint with the Public Prosecutor's Office. The prosecutor who received her complaint questioned the reasons for the weaver's anger, arguing that it was not a bad thing that the exclusive line of typical bags was named after the Virgin Mary, just as, in the common racist imaginary of the country, all the indigenous women of the highlands. “I had a very mixed feeling, I didn't know whether to laugh or explode with anger,” says García. The weavers' battles in defense of cultural heritage have not only taken place in courtrooms. Last year, the whole world was paralyzed by the danger of a pandemic and the economic recession was noticeable everywhere. Again, in Santo Domingo, Sacatepéquez, the organization managed to create a system of internal solidarity where those who had a little more supported the neediest, but the months were long and still, the weavers argue, the crisis is not over.
During the confinement, the OHCHR continued to be in contact with Angelina to push for compliance with the CC's ruling. In one of the conversations, Angelina asked the
OHCHR to carry out an action that could alleviate, even a little, the precarious situation of the weavers who had lost their income due to the impossibility of selling their products. This conversation led to a specific action: the purchase by the OHCHR of 3,000 masks made by the weavers. The masks would carry a brief history of the Movement and the demand for their rights.
“The 3,000 masks have served to alleviate some of the economic crisis in our homes,” says Angelina. She also explains that, through this new model of cooperation with the OHCHR, the masks were distributed to diplomatic bodies and institutions in the country “fulfilling the strategy of maintaining high political attention on our case and promoting the law in favor of the cultural and economic rights of the Mayan weavers, which is stalled in Congress.”
Mika Kanervavuori, OHCHR Representative in Guatemala, remarks: “I had the opportunity to learn first-hand about the work of the National Weavers' Movement and the organization AFEDES when I visited them in Sacatepéquez last year. Their commitment to reclaiming collective intellectual property rights over their weavings and clothing is admirable. I hope that the social, economic, and political fabric of the Movement's efforts be successful in the near future.” Translated by: Jackeline Lemus
University intern - UMG
of the vendors and the frantic pace of the customers, mixed in a whirlwind of colors and smells, is just beginning to come alive again, slowly, after so many, too many months of restrictions due to the pandemic. As elsewhere in the country, the pandemic brought unemployment, scarcity, and poverty, which added to the historical economic precariousness of the people from the Guatemalan highlands. In the courtyard of Angela Felicita Sujuyuj's house, the slight sound of the waist loom never stops. Today she is accompanied by Gloria Estela García and Marta Elisabeth Hernández. The three of them are members of the council of weavers of the community, members of the National Movement of Weavers and founders of the Women's Association for the Development of Sacatepéquez -AFEDES-. Together with their looms, they lead a life of struggle and resistance in defense of the rights of indigenous women and their ancestral expressions, which are reflected in their traditional costumes. Thanks to their organization they established a historical precedent. On November 6, 2020, they managed to occupy the front pages of the national press, when the Constitutional Court (CC) ruled in their favor a legal action against the Guatemalan Institute of Tourism -INGUAT- for using the image of women weaves as an object of commercialization and folklorization. In the action for legal protection, it was denounced the systematic exclusion, especially of the weavers, as direct beneficiaries of the income generated by the State through tourism. This despite the fact, that their faces are used to promote the “Heart of the Mayan World”, a slogan which tourists are promoted to visit the country. The National Movement of Weavers demanded that INGUAT refrain from continuing with these practices and that the State adopt administrative measures and public policies that include benefits for indigenous women weavers. In its decision in favor, the CC requested INGUAT to "implement adequate participation mechanisms that allow the real and effective participation of the different collectives of indigenous peoples in the formulation and design of public policies on the matter, specifically those expected to affect their rights, through legitimate representatives, elected according to their own forms of organization."
The National Movement of Weavers is not the first judicial victory. It was born in 2014 with more than 600 weavers and the support of AFEDES. With its creation, it began the legal battle to claim the recognition and protection of the copyright of designs, textiles, and clothing, counting along the way with the technical assistance of the Office of the United Nations High Commissioner for Human Rights -OHCHR-, support that continues today. Thus, two years later, in 2016 the Movement filed an action of unconstitutionality before the CC, requesting the modification of some articles of several laws, including the Law on Protection, Artisanal Development and the Law on Copyright and Related Rights, to guarantee the right of collective intellectual property, especially of textiles and clothing from indigenous peoples. In 2017, the CC issued a landmark ruling urging the Congress of the Republic to issue a specific law from indigenous peoples establishing mechanisms to protect the collective intellectual property. However, to date, this law has not yet been approved.
With a firm look, Angelina Aspuac, coordinator of the National Weavers' Movement and common representative in the legal proceedings, explains that the recent legal battle goes beyond the legal fight: “it is about dignity, because as long as none of these changes, it is we, the women weavers, who continue to pay the economic cost and who subsidize those who profit from our textiles. It's more about dignity than anything else.” Dignity. The feeling of self-esteem linked to ethnic and cultural belonging to a territory and its vindication in a country where racism and exclusion are evident. This has been the challenge of a lifetime for the women of AFEDES. Gloria Estela García explains it with a smile and very direct language, while her colleagues do not take their eyes off the threads they continue to weave. Originally from Totonicapán, Gloria explains that she began to realize what racism was in Guatemala at the age of 7, when she started doing domestic work in the homes of neighbors. She began to feel the class contempt, the discrimination she received for being the “maid” of the house, the “servant.” This condition crystallized dramatically at the age of 11, when, out of necessity, she went to look for work in the capital city. “Since I was discriminated against, I have never worked as a maid again, even if I had to eat only tortillas with salt, I will never work in houses again,” says García, absolutely convinced. When she moved, she found that in Guatemala there were two parallel worlds: the world of the rich and the world of the poor, indigenous and mestizos. My mother used to say to me when I protested, “Keep your head down, but I didn't keep my head down, that's why I always lasted only a short time in the workplace,” García says proudly.
As an adult living in Santo Domingo, Sacatepéquez, García found her main weapon of defense against discrimination: collective organization. In 2009, she joined with other weavers to create the Council of Weavers, in response to the threats its members faced in defense of their indigenous cultural identity and their rights as workers and merchants.
The Council of Weavers had to protect itself from several attempts of appropriation of their work techniques by institutions and individuals who, over the last decade, have tried to take ownership not only of their products, but also of the production rights, violating the cultural legacy that the traditional costume represents in the cultural identity of indigenous peoples. At first, the visits from businesspeople and some institutions were welcome: as merchants, the women needed to expand their sales network in the country. But they quickly understood the dishonesty. “We got scared,” says García about the last visit, when it became clear that people from outside their community were imposing different ways of producing and, above all, with the purpose of taking over the rights to produce their weavings. “How is it going to be their design, if I'm putting my own design there... and it's not even mine, if it belongs to the people, because I brought it from my ancestors,” the weaver denounces. To commercialize culture, to sell identity, without, in addition, recognizing to the depositors a fair price - as if it were a price to be discussed -.
The straw that broke the camel's back was when a businesswoman from the capital, during her time as a university student, approached García with the pretext of conducting a study on the cultural traditions of the place linked to typical weaving, and a few years later, began to promote her line of typical handbags to the four winds
on social networks. When García found out that the promotional videos, recorded during the university student's friendly field study sessions, had her face as the protagonist, she was so outraged that she filed a complaint with the Public Prosecutor's Office. The prosecutor who received her complaint questioned the reasons for the weaver's anger, arguing that it was not a bad thing that the exclusive line of typical bags was named after the Virgin Mary, just as, in the common racist imaginary of the country, all the indigenous women of the highlands. “I had a very mixed feeling, I didn't know whether to laugh or explode with anger,” says García. The weavers' battles in defense of cultural heritage have not only taken place in courtrooms. Last year, the whole world was paralyzed by the danger of a pandemic and the economic recession was noticeable everywhere. Again, in Santo Domingo, Sacatepéquez, the organization managed to create a system of internal solidarity where those who had a little more supported the neediest, but the months were long and still, the weavers argue, the crisis is not over.
During the confinement, the OHCHR continued to be in contact with Angelina to push for compliance with the CC's ruling. In one of the conversations, Angelina asked the
OHCHR to carry out an action that could alleviate, even a little, the precarious situation of the weavers who had lost their income due to the impossibility of selling their products. This conversation led to a specific action: the purchase by the OHCHR of 3,000 masks made by the weavers. The masks would carry a brief history of the Movement and the demand for their rights.
“The 3,000 masks have served to alleviate some of the economic crisis in our homes,” says Angelina. She also explains that, through this new model of cooperation with the OHCHR, the masks were distributed to diplomatic bodies and institutions in the country “fulfilling the strategy of maintaining high political attention on our case and promoting the law in favor of the cultural and economic rights of the Mayan weavers, which is stalled in Congress.”
Mika Kanervavuori, OHCHR Representative in Guatemala, remarks: “I had the opportunity to learn first-hand about the work of the National Weavers' Movement and the organization AFEDES when I visited them in Sacatepéquez last year. Their commitment to reclaiming collective intellectual property rights over their weavings and clothing is admirable. I hope that the social, economic, and political fabric of the Movement's efforts be successful in the near future.” Translated by: Jackeline Lemus
University intern - UMG
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Comunicado de prensa
27 abril 2022
Avances e Hitos de la Seguridad Social en Guatemala
27 de abril 2022. El Instituto Guatemalteco de Seguridad Social fue fundado el 28 de octubre de 1946 con el Decreto No. 295 del Congreso de la República de Guatemala y firmado por el entonces presidente de la República donde se reconoce y garantiza el derecho de la seguridad social para beneficio de los habitantes de la nación. En la actualidad, el IGSS cuenta con un personal de 22 mil personas, 3.2 millones de afiliados y un portafolio de inversiones de más de Q42,312 millones.
El IGSS es una de las instituciones más sólidas e importantes de Guatemala y Centroamérica. En este marco, el Instituto elaboró una publicación que recoge los mayores hitos y avances del IGSS, durante los últimos años, relacionados con la transformación institucional; las adquisiciones con calidad y transparencia; la ampliación y el mejoramiento de la red hospitalaria; la descentralización de servicios priorizando la atención de calidad a los usuarios; así como la respuesta más efectiva frente a la pandemia por la Covid-19.
Dentro de las acciones destacadas en la publicación se reconoce la contribución de la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS). La relación de colaboración entre UNOPS y IGSS se viene desarrollando, desde hace 15 años, en materia de asistencia técnica para el desarrollo de la infraestructura hospitalaria y el equipamiento clínico; las adquisiciones de medicamentos y servicios especializados en salud; así como el fortalecimiento institucional del Seguro Social. Actualmente, UNOPS ejecuta dos programas (AMEDIGSS e INFRAIGSS) en coordinación con el IGSS.
A lo largo de los últimos cinco años, AMEDIGSS ha adquirido 651 millones de dosis de medicamentos, mejorando los niveles de abastecimiento de inventarios hasta un 95% en 120 unidades médicas del IGSS y se han logrado ahorros de 308 millones USD. El programa INFRAIGSS se orienta a la construcción de dos (2) hospitales y su respectivo equipamiento; así como el diseño de otros cuatro (4) hospitales.
ACCEDER A LA PUBLICACIÓN DE LOS HITOS DEL IGSS
https://www.proyectosguatemala.org/images/pdf/2022hitosFinalesIgss.pdf
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Comunicado de prensa
20 abril 2022
El IGSS aumenta y moderniza su flotilla de ambulancias
Guatemala, 20 de abril de 2022. El Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), adquirió y recibió hoy un lote de 46 nuevas ambulancias de fábrica, que serán distribuidas en 38 unidades médicas a nivel nacional, con la finalidad de optimizar recursos, y aumentar, modernizar y mejorar la cobertura que brinda a sus derechohabientes y afiliados en distintas áreas del país.
Todas las ambulancias son TIPO 2, es decir que cuentan con la capacidad y equipamiento para el transporte asistido de pacientes de emergencia y en estado crítico; así como para su tratamiento básico, evaluación continua y asistencia médica, de acuerdo a estándares internacionales. 32 de los vehículos son de tracción 4x2, y 14 son de tracción 4x4, ideales para locaciones con caminos de terracería o de acceso más complicado. Estas son las primeras ambulancias del IGSS, que son ensambladas desde fábrica como ambulancias, con especificaciones exclusivas de ambulancias, en lugar de vehículos adaptados para funcionar como ambulancias.
“Antes de Semana Santa se empezó a dar el curso de capacitación a las tripulaciones para el uso de las ambulancias, yo recuerdo la emoción que tenían y que aún tienen de poder renovar las flotillas y sus herramientas de trabajo, de poder tener la oportunidad de brindar la atención dignas a los pacientes en las emergencias que les toca atender, no tienen idea de esas sonrisas, cómo da la satisfacción de un trabajo bien hecho. Hoy se les está dando este vehículo digno, esta ambulancia que nació como ambulancia desde la fábrica, para que ustedes tengan esa herramienta de trabajo, para que ustedes sean dignificados pero, especialmente, que le demos la debida atención a nuestros pacientes. Esta es la primera entrega, pero falta la siguiente, no nos hemos olvidado de las otras unidades en el interior, a quienes especialmente se quiere fortalecer”, mencionó el presidente del IGSS, José Flamenco Jau.
Las ambulancias, adquiridas con el apoyo técnico de la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS), dentro del marco del Programa de Infraestructura, Equipamiento Hospitalario y Modernización Tecnológica -denominado INFRAIGSS- cuentan con acabado interno de grado médico, así como equipamiento de última generación, entre los que se incluyen desfibriladores automáticos, sistema de oxígeno centralizado y en cilindro para uso de emergencia y uso externo y equipo de infusión y soportes, entre otros.
“Hablar de ambulancias significa salvar vidas, en momentos fundamentales en donde el tiempo, la distancia y la asistencia médica de emergencia que se brinda en el vehículo, puede significar la diferencia entre la vida y la muerte. Como UNOPS nos da mucha satisfacción haber participado en este proceso de adquisición que contribuye a fortalecer la red de atención sanitaria de calidad del IGSS a través del programa INFRAIGSS”, expresó Andrea Calvaruso, director de UNOPS en Guatemala.
Como parte de la adquisición, también están cubiertos los primeros seis servicios preventivos de las ambulancias (hasta los 30 mil kilómetros), lo cual garantiza el mantenimiento de los vehículos en estado óptimo.
El Programa INFRAIGSS contempla la segunda fase del Plan Maestro para la Modernización y Ampliación de la Red Hospitalaria y de Servicios del IGSS, para brindar una atención integral en salud y servicios, en beneficio de los afiliados, pensionados y beneficiarios.
Escrito por: Pamela Saravia, Comunicadora INFRAIGSS | UNOPS Guatemala
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Comunicado de prensa
11 abril 2022
La OIM conmemora el Día Mundial de la Salud con actividades psicosociales para las personas migrantes retornadas
Este día arribaron dos vuelos desde Estados Unidos, uno con 131 personas adultas, y otro con 49 familias a bordo, que corresponden a 115 personas. Las autoridades y organizaciones sociales conducen una entrevista migratoria, ofrecen asistencia humanitaria, llamadas nacionales e internacionales, pruebas para detectar casos de COVID-19 y servicios básicos de salud, sin embargo, esta es la primera vez que se brinda atención psicosocial post arribo y que fue enmarcada en el Día Mundial de la Salud.
“Las personas migrantes enfrentan situaciones adversas en las distintas etapas del ciclo migratorio, es por ello que en este día centramos los esfuerzos en atender su salud emocional y psicosocial mediante el arte, el juego y los malabares, una estrategia que alcanzó también a funcionarias y funcionarios destacados en el centro de recepción”, indicó Jorge Peraza, jefe de misión de la OIM para Guatemala y Honduras.
“Los tiempos de espera son largos, los niños y las niñas se desesperan rápidamente, y en general se percibe un ambiente de mucha ansiedad en el Centro de Recepción. Hoy, sabemos que cumplimos la meta porque hubo cero chicos llorando, mientras sus recursos familiares avanzaban en el proceso de recepción migratoria”, destacó Ema Estrada, asistente de operaciones de la OIM, en esa localidad.
La niñez migrante busca mejores condiciones de vida
Los resultados de una reciente encuesta de la OIM, realizada entre julio y diciembre del 2021, revelaron que el 74% de la niñez migrante no acompañada en Guatemala busca mejorar sus condiciones de vida, otro significativo porcentaje mencionó el trabajo como motivo de movilización o la reunificación algún familiar en México o Estados Unidos.
La OIM condujo un total de 2,842 entrevistas a los recursos familiares de la niñez migrante no acompañada para proteger en interés superior. El 57.3% recurrió a un traficante o coyote como medio de migración, mientras que el 38.2% se movilizó por su cuenta; otros se movieron en caravanas o con amigos y conocidos. El 6 de cada 10 encuestados se autoidentificaron en alguno de los 22 pueblos maya indígenas de Guatemala.
En el 2021, las autoridades registraron 63,808 retornos de personas adultas y 7,840 casos de niñas, niños y adolescentes migrantes no acompañados, un aumento del 73% en comparación con la cifra reportada un año antes.
Para descargar una copia de la encuesta sobre la niñez migrante no acompañada, vaya al siguiente enlace: https://bit.ly/3v4FPW6
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Comunicado de prensa
08 abril 2022
La Diálisis Peritoneal. Alternativa Efectiva para mejorar la calidad de vida de los pacientes renales
8 de abril 2022. Según investigaciones recientes, dentro de las terapias sustitutivas de la función renal, la diálisis peritoneal tiene una mayor eficiencia. Los resultados en la calidad de vida alcanzada con la diálisis peritoneal es del 82% en comparación al 72% obtenido por el tratamiento tradicional de hemodiálisis. No obstante, la terapia más difundida continúa siendo la hemodiálisis tradicional por aspectos relacionados al mercado y a la oferta sanitaria y no tanto por la calidad de vida de los pacientes.
Esta fue una de las conclusiones alcanzadas en el marco del Encuentro Científico por el Mes del Rinón, organizado por UNOPS a través del proyecto AMEDIGSS, con participación del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), nefrólogos internacionales, la compañía Medicorp S.A. como empresa proveedora de servicios de diálisis peritoneal a pacientes renales crónicos, comunidad médica, académica e instituciones vinculadas al tema renal. El evento virtual realizado el 6 de abril contó con la asistencia de 120 participantes.
La diálisis peritoneal moderna presenta un nuevo paradigma de calidad en la atención de pacientes renales. Dicha estrategia busca adaptar la terapia al paciente y no que el paciente se adapte a la terapia, lo que ha demostrado ofrecer excelentes resultados con tratamientos costo - efectivos y con altos estándares de calidad.
Algunos de los especialistas del foro fueron el Dr. Vicente Sánchez Polo, Jefe de Servicio de Nefrología HGE/ IGSS; el Dr Juan Carlos Alarcón, Gerente de Operaciones Clínicas y Educación BRCS- LA; el Dr. Alfonso Ramos, Nefrólogo y Consultor independiente; Dr. Mauricio Sanabria, Gerente de Asuntos Científicos BRCS LA; la Dra. Ana Eugenia Pérez, Médica Auditora de la Subgerencia de Prestaciones en Salud del IGSS; el Dr. Santiago Torales, Coordinador del Componente de los Tratamientos Sustitutivos de la Función Renal de AMEDIGSS - UNOPS, entre otros.
Para el IGSS, la enfermedad renal crónica representa un desafío significativo. Por ello, el Instituto viene enfocando sus esfuerzos hacia una transformación en la atención de los pacientes; acercándose a las y los derechohabientes, con estrategias de cercanía geográfica y garantía de calidad de servicios.
Actualmente, el IGSS a través del proyecto AMEDIGSS - UNOPS provee a los pacientes renales de una atención personalizada de diálisis peritoneal a través de 7 centros localizados en el área departamental de Guatemala, bajo la coordinación de un Centro Base en la ciudad capital. El encuentro virtual hace parte de un conjunto de actividades académicas y de intercambio científico sobre las innovaciones en el sector salud lideradas por AMEDIGSS.
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Comunicado de prensa
05 abril 2022
Nuevo centro de Hemodiálisis en Cuilapa, Santa Rosa acercará estos servicios a pacientes renales del Seguro Social
Guatemala 5 de Abril del 2022. Como parte del proceso de descentralización y mejoramiento de los servicios para el tratamiento renal a nivel nacional, autoridades locales, del IGSS y UNOPS asistieron al evento de inauguración del nuevo centro de hemodiálisis en Cuilapa, Santa Rosa del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social. Con participación de la alcaldía de Cuilapa, el Sr. Asesor Jurídico, Manuel Arturo Ávila, el Doctor Arturo García Aquino, Subgerente de Prestaciones en Salud del IGSS, el Dr. Vicente Sánchez Polo, Nefrólogo del IGSS, el Dr. Byron Lemus, representante de Clínica Renal Emanuel S,A, la empresa proveedora de servicios de hemodiálisis y Alessandra Menses, gerente de proyecto de AMEDIGSS y Andrea Calvaruso, director de UNOPS Guatemala.
Este nuevo centro para el Tratamiento Renal está ubicado en el Barrio El Calvario, Cuilapa, Santa Rosa y forma parte de las unidades médicas orientadas a la mejora y eficiencia de los servicios de hemodiálisis y diálisis para la atención de los pacientes renales afiliados al Seguro Social a nivel nacional con el apoyo de la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS).
La infraestructura del centro tiene una capacidad instalada para atender a 120 pacientes en tres turnos con 20 equipos de tecnología alemana (17 máquinas en sala de hemodiálisis y 3 máquinas aisladas) y el diseño necesario para brindar un servicio con calidad y calidez a los pacientes renales quienes recibirán atención nutricional y psicológica como parte de una atención integral que el Instituto busca brindar a sus afiliados.
La nueva clínica cuenta con todas las comodidades para los pacientes y acerca la hemodiálisis a casa, por lo que evitará el traslado de las personas afiliadas hasta la ciudad capital.
Las empresas proveedoras del IGSS juegan un papel muy importante en el proceso, ya que son las responsables de los centros de atención y tienen una relación directa con los pacientes renales y sus familias.
Escrito por: Isabel Recinos, Comunicadora AMEDIGSS | UNOPS Guatemala
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